El bebé ha llegado a su casa y ahora depende principalmente del cuidado de los padres. Es probable que surjan miedos al ver que un ser tan pequeño e indefenso, depende exclusivamente de sus papas. Pero no tienen de que preocuparse ya que es sorprendente cómo el instinto de ambos los hará desenvolverse con rapidez y soltura en poco tiempo.
La higiene del cordón umbilical es sumamente importante. Desestimar su cuidado puede devenir en infecciones. Lo primero que hay que realizar es tirar del extremo del cordón hacia arriba y limpiar bien alrededor del ombligo, o sea, en la base de implantación, con una gasa humedecida de alcohol fino.
Se procederá luego a envolverlo con otra gasa esterilizada seca. Hay que tener presente que el cordón umbilical no “arde” ni “duele”. El bebé puede llorar en ese momento, pero se debe a la sensación de frío que experimenta por la presencia del alcohol. Actualmente ha resultado también efectivo, dejarlo al aire libre, sin gasa ni alcohol, por fuera del pañal.
La caída del cordón suele producirse entre los 7 y los 12 días de vida. Si hay presencia de alguna gota de sangre durante dos o tres días, no reviste mayor importancia.
Se recomienda realizar el primer baño, a los dos o tres días de caído el cordón. Diariamente y en lo posible, a la misma hora, por la mañana o por la noche, según la comodidad de la madre.
No es aconsejable usar talcos o colonias. Podrán si lo desean, rociar la ropa y la cuna con una colonia suave. El uso excesivo de talco puede llegar a irritar las mucosas de las vías respiratorias. La piel del bebé en esta etapa, es muy sensible y puede mostrar reacciones alérgicas con facilidad.
El momento del primer baño para el pequeño, puede no ser de “su agrado”. Algunos padres pueden llegar a sentir que se le esté haciendo mal, pero no hay que pensar así. Lo más importante es hablarle y jugar con el bebé mientras se realiza su higiene, para que el pequeño se relaje y disfrute de esta nueva experiencia.
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