Salud Femenina te cuenta lo que tenés que saber a la hora de elegir tu ginecólogo de confianza.
Todas las mujeres a partir de los 18 años, o antes si se vuelven sexualmente activas, deben incluír la visita al ginecólogo entre su agenda de prioridades.
Todas las mujeres a partir de los 18 años, o antes si se vuelven sexualmente activas, deben incluír la visita al ginecólogo entre su agenda de prioridades.
Pero a veces la idea del profesional como alguien desconocido al que debemos enfrentarnos por primera vez, genera miedo, vergüenza o estrés en algunas chicas. Esto dificulta enormemente la elección, y hace que en ocasiones, el control de la salud femenina se postergue o se deje de lado.
Si estás frente a la cartilla médica en la sección de ginecólogos sin ningún tipo de referencias, vas a notar que hay algunos nombres que te llaman la atención más que otros por empatía, intuición o cercanía con el consultorio. Sin embargo, necesitamos mayores certezas a la hora de tomar una decisión tan importante. Algunas de las cuestiones que te pueden ayudar a definir la elección de tu ginecólogo son:
Obra social o prepaga: este seguramente sea el primer factor determinante, y aunque en muchos casos la restricción suena como algo negativo, también es una forma de acortar la selección en función de tu cobertura, facilitando enormemente tu búsqueda.
Género: para muchas pacientes el ginecólogo hombre representa un gran tabú cuando, en la práctica, el profesionalismo no depende del género del profesional. Sin embargo, en este aspecto no existe una opción más recomendable que otra; sólo se trata de guiarse por lo que te haría sentir más cómoda.
Practicidad: En general conviene que la elección de tu ginecólogo esté basada -además de factores como la trayectoria y referencias- en tus necesidades personales. Es decir ¿te resultaría apropiado un ginecólogo que atienda hasta las 19.15 hs, cuando salís a las 19 de la oficina y para verlo tenés que atravesar toda la ciudad?
Evidentemente no. Lo más probable es que, ante la menor complicación que te genere, canceles la cita una o varias veces, olvidando que la prioridad siempre debe ser el control de tu salud. Entonces, siempre es bueno tener en cuenta algunos ítems como cercanía, transporte y horarios. Quizás la búsqueda de un consultorio que se ubique a mitad de camino entre tu casa y el trabajo (siempre y cuando consideres que se trata de un profesional de confianza), te ayuda a simplificar muchísimo la elección.
Referencias: éste es uno de los métodos más efectivos a la hora de elegir un buen profesional. Podés pedirle a tu médico de cabecera que te recomiende, o directamente te derive a alguien de su confianza.
También es bueno recurrir a tus familiares (si es que no te pone incómoda compartir el ginecólogo con tu hermana, por ejemplo), o tus amigas. Tenés que saber que, ésta es una buena decisión si ellas tienen expectativas similares a las tuyas, pero el hecho de que la percepción o la experiencia de otras personas haya sido totalmente positiva, no necesariamente implica que para vos resulte de la misma manera.
En caso de que sientas que no es para vos, o que hay demasiada frialdad en el trato, sos libre de seguir intentando. Es muy importante que te sientas a gusto y confiada de estar en buenas manos.
Magnitud del consultorio: Por lo general, los consultorios grandes o Centros Médicos, ofrecen una cartilla más amplia de profesionales y mayor flexibilidad horaria, ventaja considerable si tu semana se rige por horarios restringidos.
No obstante, si preferís un trato más personalizado y cercano, tal vez un consultorio chico sea la mejor opción para vos. Siempre es mejor guiarte por un profesional que evidencie conocimientos sólidos, trayectoria y un trato respetuoso, que por un lugar que priorice lo último en tecnología por encima de la calidez en el trato.
También podés hacerte algunas preguntas más precisas, que sin dudas guiarán tu elección hacia la opción más conveniente para vos:
¿Cuánto tiempo lleva ejerciendo su profesión?
¿En qué centros de atención u hospitales atiende?
¿Otorga los turnos muy lejos de la fecha que se solicitan?
¿Ofrece algún horario para contactarlo telefónicamente?
¿Los estudios se realizarán con él o con otro profesional?
¿Atiende todas las consultas él o es parte de un equipo?
Si es parte de un equipo, ¿es suplantado por otros médicos sin previo aviso?
¿Qué especialización tiene el profesional?
¿Está certificado por la Junta Médica?
¿En qué centros de atención u hospitales atiende?
¿Otorga los turnos muy lejos de la fecha que se solicitan?
¿Ofrece algún horario para contactarlo telefónicamente?
¿Los estudios se realizarán con él o con otro profesional?
¿Atiende todas las consultas él o es parte de un equipo?
Si es parte de un equipo, ¿es suplantado por otros médicos sin previo aviso?
¿Qué especialización tiene el profesional?
¿Está certificado por la Junta Médica?
Y una vez que tuviste la primera consulta:
¿Te solicitaron tu historia médica o el registro de tu ginecólogo anterior?
¿Sentís que el personal del consultorio es atento? ¿Te trataron bien?
¿Te da la sensación que hay buen clima en el consultorio?
¿El consultorio cumple con la higiene? ¿Está bien equipado?
¿Respetaron tu horario o hubo mucha demora?
¿Te solicitaron tu historia médica o el registro de tu ginecólogo anterior?
¿Sentís que el personal del consultorio es atento? ¿Te trataron bien?
¿Te da la sensación que hay buen clima en el consultorio?
¿El consultorio cumple con la higiene? ¿Está bien equipado?
¿Respetaron tu horario o hubo mucha demora?
El ginecólogo o ginecóloga es la persona encargada de acompañarte y aclarar tus dudas en cuanto a la salud íntima, incluso aquellas que no compartís con nadie. En algunos casos, también es quien guiará tu embarazo por un camino seguro y te ofrecerá respaldo en el momento del parto. Por eso es tan importante tener en cuenta estos aspectos a la hora de concretar la elección que, si es correcta, durará gran parte de tu vida.
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